Poda de los rosales
Los rosales hay que podarlos al menos una vez al año para rejuvenecer la planta y estimular su crecimiento.
Existen dos tipos de poda, la de formación y la de floración.
La poda de formación proporciona al rosal una estructura sólida y equilibrada.
La poda de floración cuyo objetivo es que la planta tenga una floración intensa y la poda suele realizarse a finales de invierno para formar madera joven que florezca en primavera.
Los rosales no florecientes sólo florecen en madera vieja de un año y deben podarse inmediatamente después de la floración.
Finalmente, la poda siempre se acompaña de otras tareas como eliminar los chupones y la madera muerta, es decir, quitar aquellas ramas que no estén sanas o no produzcan flores. También deberás eliminar las flores marchitas que puedan dar mal aspecto al rosal.
Siempre deberemos conservar las ramas jóvenes y aquellas que tengan yemas, es decir, de donde después saldrán las rosas.
Categorías del blog