Cesped espectacular, pasos básicos para conseguirlo y mantenerlo .

Cesped espectacular, pasos básicos para conseguirlo y mantenerlo .

Definimos en primer lugar, a las cespitosas (pertenecientes a la familia de las gramíneas), como las plantas que crean una cubierta vegetal que al formar una comunidad con el suelo, dan lugar al césped.

De las más de 7.500 especies de gramíneas, en un césped solo se emplean apenas una docena. Estas poseen la facultad de ahijar constantemente, emitiendo nuevas hojas que sustituyen a las agotadas. Gracias a este fenómeno se mantiene constantemente verde y uniforme el tapiz ornamental. Pero esta facultad requiere suministro de agua y una aportación de materias nutritivas que compensen el desgaste.

En la siembra, se suele emplear una mezcla de especies, que, al presentar diferentes necesidades biológicas, se complementan entre sí.

Básicamente las mezclas de semillas están formadas por Festucas, Poas y Ray grass inglés.

Festucas : Buena tolerancia a los cortes bajos y a la sombra, pero no tolera bien el pisoteo ni al calor y su resistencia a las enfermedades es baja.

Poas: Exigente en agua y fertilizantes, tolerante al pisoteo, sensible a las enfermedades, forma un césped atractivo de elevada calidad.

Ray grass inglés: De rápida instalación, aspecto uniforme y agradable, aguanta el pisoteo, exigente en agua y nitrógeno. Poco tolerante a la sequía y a la sombra.

En los Centros de jardinería especializados, podrán aconsejar sobre la mezcla de semillas más apropiada a sus necesidades.

Conocimientos básicos sobre la textura del suelo.

La textura del suelo depende del tamaño de las partículas que lo componen. Todos los suelos contienen arena y arcilla en diferentes proporciones. Según el tamaño de estas y su proporción, clasificamos los suelos en arenosos y arcillosos.

Los suelos arcillosos están formados por partículas muy finas, cuando se humedecen, tienden a formar capas que impiden el paso del aire y del agua. Requieren labores más profundas, aportes de arena y abonos orgánicos de origen animal o vegetal.

Por el contrario, los suelos arenosos, con sus partículas más grandes, forman huecos por los que dejan fluir el aire y el agua y con ella gran parte de los nutrientes que deberían estar a disposición de las raíces. Se corrigen con aportaciones de abonos orgánicos.

Los suelos calizos, tienen un alto nivel de calcio, son de rápido drenaje y fuerte evaporación. El alto nivel de alcalinidad bloquea la implantación y desarrollo de muchas plantas. Estos suelos requieren fuertes aportes de abonos orgánicos.

El PH mide la acidez o alcalinidad de los suelos, afectando fundamentalmente a que los nutrientes en el suelo puedan estar o no a disposición de la planta. En general un suelo destinado a césped debería tener un PH entre 6,5 y 7. Fuera de estos parámetros, habría que aportar gradualmente materiales que corrigiesen el PH del suelo.

En los Centros de jardinería especializados, podrá obtener un Kit con unas tiras que, al introducir en una disolución de muestra del suelo, adquirirá determinado color según su PH.

 Preparación, siembra y primeros cuidados.

 Preparación: Cavar, limpiar, trabajos de drenaje y añadir substrato.

       Cavar. Normalmente es necesario cavar a una profundidad de 20/30 centímetros, la altura de la hoja de una pala normal. Al romper la superficie posibilitamos la circulación del aire y del agua, importante sobre todo en suelos arcillosos.

     Limpiar. Aprovecharemos la labor de cava, para limpiar el terreno de piedras, desechos, raíces etc. Hasta parcelas de unos 100 m2 de tamaño, esta labor se puede hacer con pala o azada. A partir de esta superficie es aconsejable hacerlo con una moto azada, que se puede alquilar si solo la utilizamos para una sola labor.

     Drenaje. En este punto, habremos observado si el terreno es encharcable, si así fuera habría que recurrir a un drenaje, más o menos sofisticado, dependiendo de la disposición del terreno, textura etc.

     Añadir sustrato. Una vez el terreno haya sido cavado, limpiado de piedras y otros restos y drenado si fuera necesario, procederemos a añadir el substrato. En un terreno neutro, esponjoso y nutritivo, mezclaremos la parte cavada con abonos orgánicos de origen vegetal o animal, junto al abono mineral. En suelos arenosos, añadiremos estiércol, mantillo o turba, aumentando así la capacidad de retener agua, además de aportar nutrientes. Si es arcilloso, la enmienda se hará con arena, añadiendo después los minerales.

 Por último, antes de sembrar, procederemos un último nivelado del terreno, eliminando los elementos o residuos que quedaran, para a continuación cubrir la parcela con una capa de mantillo de no más de un par de centímetros, a modo de lecho para depositar la semilla, facilitando el camino para que las pequeñas raíces encuentren y mantengan la humedad que necesitan en su desarrollo.  

            Cesped rastrillo                  Cesped rodillo               Cesped utiles

 

Siembra. La siembra debe realizarse con el tiempo en calma, sin lluvia ni viento.

Dos periodos son los más indicados, al principio del otoño, sobre todo en climas suaves, en la primavera con climas fríos.

La siembra se efectúa a mano ya voleo. Para superficies importantes se emplean sembradoras mecánicas.

Se extiende la mitad de la semilla y se siembra después la otra mitad, cruzando sobre la primera para obtener con los dos pases sucesivos, una mejor distribución. Si el sembrador no es experto, se reparte mejor la semilla mezclándola con un poco de mantillo o turba, de esta manera, manejando mayor volumen, se evita que la siembra quede amontonada.

Una vez concluida la siembra se recubre con una ligera capa de mantillo para evitar que la luz incida directamente sobre la semilla y evitar los daños por pájaros.

Se da un último pase de rulo, para conseguir que la semilla este más en contacto con la tierra.

La labor del rulo es importante. Se puede comprar, alquilar o bien usar una bombona de butano vacía, también para pequeñas superficies puede valer el uso de piezas grandes de cartón e ir pisando hasta cubrir toda la superficie sembrada.

 

Primeros cuidados.

Riego. Una vez terminada la siembra y cubierta con mantillo, debe efectuarse un riego menudo. Regando 2-3 veces al día con manguera en lluvia fina, evitando que el agua arrastre la semilla o quede descubierta.

Cuando el césped alcance los 2 centímetros de altura, los riegos disminuirán progresivamente, asegurándonos que lleguen a más profundidad.

Siega. A las tres semanas el suelo aparece cubierto de una tenue mancha verde, que a las seis semanas puede alcanzar los 8-10 cm de altura, tamaño oportuno para realizar el primer corte, no muy raso, para continuación volver a pasar el rulo.

Tentativamente, desde marzo a junio hay que segar cada semana, espaciando en verano a corte cada dos semanas.

En pleno verano, con mucho calor, es conveniente elevar la altura de corte para dar sombra y conservar la humedad.

Fertilización. De los nutrientes principales, el nitrógeno, fósforo y potasio (NPK), en esta primera

etapa, el fosforero tiene una importancia destacada por su contribución al desarrollo radicular.

Existen en el mercado, fertilizantes en proporciones especificas a las diversas necesidades y etapas del césped. En Centros de jardinería la podrán asesorar al respecto.

Para crear un césped, es imprescindible contar con un rastrillo flexible y otro fijo, pala, rulo, manguera, turba, mantillo o compost, abono mineral y semilla de césped.

Publicado el 16/04/2021 por Alejandro, Jardinagro. Home, Cesped 1070

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